Desde que comenzamos nuestro trabajo en la Fundación hemos tenido la gran suerte de trabajar y poder ayudar a personas que sufren Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia. Decimos suerte porque desde entonces, no ha habido un solo día en nuestro trabajo en el que no hayamos aprendido algo de ellos.
Del mismo modo y por la necesidad de mejorar y ofrecer siempre el servicio que nuestros usuarios merecen, hemos estado en contacto constante con profesionales que nos ayudan a conseguirlo. Hoy, queremos compartir contigo pequeños trucos que hemos aprendido de esos profesionales a lo largo de estos años:
Desde que comenzamos nuestro trabajo en la Fundación hemos tenido la gran suerte de trabajar y poder ayudar a personas que sufren Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia. Decimos suerte porque desde entonces, no ha habido un solo día en nuestro trabajo en el que no hayamos aprendido algo de ellos.
Del mismo modo y por la necesidad de mejorar y ofrecer siempre el servicio que nuestros usuarios merecen, hemos estado en contacto constante con profesionales que nos ayudan a conseguirlo. Hoy, queremos compartir contigo pequeños trucos que hemos aprendido de esos profesionales a lo largo de estos años:
Respeta los horarios
A la hora de cuidar de personas con demencia, es importante que parte de nuestros esfuerzos se centren en buscar y mantener su estabilidad durante el mayor tiempo posible. Mantener los horarios y participar en las actividades de la vida diaria ayuda a estimular y generar sensación de bienestar y tranquilidad.
Ahora bien, aquí importan tanto sus horarios como los tuyos; si estás a cargo de una persona con demencia, necesitarás paciencia y en la rutina, encontrarás a un gran aliado.
Calidad de vida
Recuerda que el objetivo en este tipo de situaciones es, siempre, que cuenten con una buena salud física y mental (en cada caso en particular). Dentro de esta calidad de vida debemos contar con factores como las relaciones sociales o la estabilidad emocional.